Hay veces que algo histórico es más recordado fuera que dentro de nuestras fronteras, ya sea por la importancia del hecho, por política o por el motivo que sea. Y esta es una de esas historias que, por una mezcla de todo ello, sumado a la indiferencia, a la manía de politizar la historia, intentar verla con ojos actuales, etc., en España prácticamente se desconoce o, si se recuerda, se politiza.
Reconozco que la primera vez que fuimos a Budapest desconocíamos de la existencia de dichos monumentos (uno más antiguo y, el otro, casi reciente); así que, pese a pasar cerca de ellos, ni siquiera nos dimos cuenta de que estaban allí. Es curioso acercarte a una de las partes más visitadas de la ciudad, como son las Murallas de Buda, y descubrir que hay referencias a unos españoles que, varios siglos atrás, participaron en uno de los hechos más importantes para esta ciudad, como fue su liberación de las garras de los otomanos, marcando el inicio del fin del Imperio Otomano y su dominio en Europa.
¿Cuál es su historia?
La fecha importante es el 2 de septiembre cuando, en 1686, la ciudad de Buda fue liberada tras 145 años de dominio turco, pero todo empezó un 13 de julio de ese mismo año (justo ahora hace años)… y es lo que recuerdan estas placas.
Aunque la Liga Santa (una especie de euroejército cristiano) ya derrotó a los otomanos en Lepanto, estos siguieron ahogando a la Europa cristiana del este, llegando incluso a las puertas de Viena en 1683. En ese momento, la Liga Santa se volvió a reunir para intentar evitar el final de la Europa cristiana.
Tras la victoria contra los turcos frente a Viena, donde ya combatieron españoles, los europeos cristianos se vinieron arriba y decidieron intentar recuperar Buda. En su primer intento, salieron escaldados; pero lo volvieron a intentar 2 años después, en 1686. Y ahí aparecen nuestros 300. España, gobernada por Carlos II, el último monarca español de los Habsburgo, desangrada por la Guerra de Flandes, no perdió su oportunidad y, aunque no unida formalmente a la Liga Santa, mandó a más de 12.000 españoles (entre mercenarios y voluntarios) deseosos de derrotar a los turcos y expulsarlos de Europa; desde nobles hasta gente sencilla, algunos por afán de aventura y otros por fuertes creencias, incluyendo algunos veteranos de Flandes como Manuel López de Zúñiga (Duque de Béjar), Antonio González, Félix de Astorga, Juan Manrique y otros capitanes de Tercio…
Y, de esta lista, cobra importancia don Manuel López de Zúñiga, un Grande de España, nombrado Maestre de Campo en 1681 y con un tercio a su mando, que aprovechó el Camino Español para plantarse en Viena y salir hacia Buda con la Liga Santa.
Sitiada la ciudad, llevó a cabo una «encamisada» (un ataque nocturno típico de los Tercios) con 50 hombres, debilitando un sector de la muralla y permitiendo el avance de los sitiadores, lo que permitió que, el 13 de julio de 1686, se abriese una brecha en la Muralla de Buda y los atacantes penetrasen en la ciudad. ¿Y quiénes fueron los primeros en entrar? pues los 300 españoles de los que hablan esas placas, los hombres de Zúñiga. Puede sonar raro pero, en aquella época, ser los que encabezaban un ataque era un gran honor, porque era como reconocer públicamente tu valía y contribución a una causa… y ese honor recayó en este grupo de españoles; casi todo oficiales, eso sí…
Zúñiga cayó herido en ese ataque y moriría 3 días después, igual que murieron otros muchos españoles esos días; así que no vieron como, el 2 de septiembre, conseguían su cometido y liberaban Buda, otra vez con un ataque encabezado por españoles, como recuerda una crónica húngara: “Los españoles, Escalona, Llaneras, Valero, los condes Zuñiga, Morán, Marín, Servent, Otaño, Manrique, Fernández Caballero, junto con sus familiares aristócratas, están a la cabeza de la columna de ataque”.
¿Qué nos encontraremos?
En 1934, durante la II República, se quiso recordar a aquellos 300 españoles que encabezaron el ataque a la Brecha de Beda y se construyó en Budapest este monumento, que se encuentra en el mismo lugar en el que se abrió la brecha aquel lejano 13 de julio. Bajo dos escudos de España (el de los Reyes Católicos, con el Águila de San Juan, y el de la Segunda República) y un escudo de Hungría, el monumento incluye este texto en español y en húngaro: “Por aquí entraron los 300 héroes españoles que tomaron parte en la Reconquista de Buda”. A su izquierda, otro monumento, instalado en el año 2000 por la Generalitat de Catalunya, recuerda a los catalanes que participaron en esta misma expedición, con este texto en catalán y en húngaro: “En memoria de los catalanes que lucharon por la liberación de Buda”.
¿Dónde se encuentra?
https://goo.gl/maps/W1zjM58e9wFtWRPu6
Encontrarlas no es tarea fácil, aunque después, una vez vistas, llegas a pensar «si es un toro, me coge». Aunque os dejo el mapa con su localización exacta y os digo que se encuentra en Lovas út, 37, pegado a la Muralla… es mejor que os diga que vayáis a la Puerta de Viena y, en la primera calle a la izquierda, rodeando la muralla, encontraréis un parque. Tras pasar el parking, allí las encontraréis, una pegada a la otra.
Es una entrada extraña, y más después de haber estado tanto tiempo sin escribir nada, pero justo hoy nos recordaron esta efeméride y, antes del confinamiento por el covid 19, tuvimos la suerte de volver a Budapest y visitar estos monumentos. Unos monumentos que nos recuerdan que, pese a que los españoles apreciamos nuestra Historia a retales, para otros hubo españoles que bien merecían ser recordados.
NO ESTÁ TAN LEJOS 